martes, 10 de marzo de 2009

Gianni Bendefrutti, el hombre que jugó a ser dios

Esta es la historia de un italiano de la zona de Cremone, un vago que nunca quizo trabajar y para quien la espiritualidad de la vida no existía, descreyendo de todo tipo de religiones y credos. Gianni Bendefrutti, de familia marxista, hijo de Toni Bendfrutti (secretario del partido de extrema izquierda Antitutti) y de Maria Conti (representante bolchevique para Cremone), era un entusiasta emprendedor de la vagancia que nunca prestó demasiada atención a la lucha de sus padres por el reconocimiento de los derechos del proletariado italiano.
Gianni era un joven muy carismático, nunca se destacó en los estudios, pero gracias a sus relaciones sociales encontró un nicho en el cual podía lograr su mayor aspiración en la vida: trabajar poco y ganar mucho. Es así que abandonó la escuela secundaria (sin que sus padres supieran) y se dedicó, básicamente, a traficar material pornográfico para jóvenes de toda la región.
El nogocio funcionaba bien, y al poco tiempo Gianni comenzó a adquirir ciertas prendas y accesorios que ostentaban su poder adquisitivo. Al enterarse su padre de los negocios en los que Gianni andaba, y con el corazón partido por el corte netamente capitalista de la ideología de su único hijo, decidió hablarle. Al notar que su hijo no recapacitaba, y es más, intentaba sobornar a su padre con una cadenita de oro y tres frascos de mostaza importada, Toni no tuvo más opción que echarlo de la casa de una vez y para siempre.

En la izquierda se lo ve a Gianni en su apogeo, con una de las revistas que más ingresos le generaba. Su carisma brotaba por los poros y se refleja claramente en su mirada. A la derecha la única foto que se sacó en vida Toni, su padre, obligado por el estado para darle su carnet de conductor.

Es así que Gianni comienza una etapa de su vida en la que los excesos de fluido manchester y daikiris de tolueno son factor común de todas las noches. Con la llegada de internet pierde al grueso de su clientela y, más pronto que tarde, dilapida casi toda su pequeña fortuna. Bajo los efectos de los alucinógenos y mal asesorado por su amigo imaginario igualito a Esteban Prol, invierte una gran suma en la compra de 51 toneladas de alcachofas, las cuales se pudrieron por dejarlas al sol por casi seis semanas. En ese lapso de tiempo Gianni solo comió pasto, pero armó como 3 veces el cubo rubilk (el clásico cubo mágico, lo que pasa que ahora usamos palabras más fashion) y le escribió una carta al Topo Gigio con quien quería formar una nueva fuerza política para derrotar a Berlusconi (la misma quedó en la nada luego de que Gigio fuese extorsionado por amigos del gobierno con dar a la luz pública sus excesos de opio y jugo ades vencido durante la juventud del querido Topo).
Giani quedó devastado y comenzó un viaje sin rumbo por toda su querida Italia, en busca del verdadero sentido de su vida.

Imágenes de una de sus peores épocas: el exceso de ingesta de fluido manchester y los malos consejos de su amigo imaginario igualito a Esteban Prol, que derivaron en la improductiva compra de demasiadas alcachofas

Es en un puqueño pueblito de Calabria cuando al despertar luego de haber quedado inconciente por la ingesta de un big mac mal cocido, tiene una epifanía que cambiaría su vida en un ángulo de entre 130 y 142 grados más o menos.
La figura de yeso de Ronald McDonald que estaba parada frente a él comenzó bailar alocadamente al ritmo de "Fiesta que fantástica fantástica esta fiesta" al mismo tiempo que le daba ciertas instrucciones para realizar una obra que le daría a Gianni el reconocimiento de la sociedad y, más importante que eso, el deseado perdón por parte de su padre.
Ronald McDonald le dijo a Gianni que para conseguir el perdón de su padre debía destruir todos los Burger King del planeta, o que construyera una torre de 1km de altura íntegramente de cartas de poker. Una misión para muchos imposible, incluso su amigo imaginario igualito a Estaban Prol estuvo en desacuerdo con Gianni, discutiendolo varias veces a los gritos de "Gianni, mio fratello, a giocare a questi di essere dio" (Gianni, hermano mio, estás jugando a ser dios) decía una y otra vez ese ser invisible igualito a Esteban Prol. El joven Bendefrutti no lo escuchó.

Ronald McDonald, en forma de alucinación o aparición espiritual, no lo sabremos nunca, fue quien le dio un nuevo sentido a la vida de Gianni. El payaso quería la destrucción de la hamburguesera rival, pero la alternativa de los castillos de naipes fue suficiente para nuestro amigo.

Así fue como Gianni, con la poca plata que le quedaba compró dos mazos de cartas y comenzó a practicar el armado de estructuras. Luego de unas semanas ya dominaba las técnicas básicas, y los castillos y formas simples como la cara de Francesco Totti y el símbolo del partido justicialista le salían con los ojos cerrados.
Gianni armaba todas sus estructuras en la plaza del pueblo, y debido a su notable mejoría, la gente comenzó a dejarle una monedas frente a su lugar de trabajo. Con este dinerillo se mantenía, y si bien comía mayormente espinas de cactus y tablas de logaritmos, le servía para seguir comprando cartas, lo que le permitía armar estructuras cada vez más grandes y complejas.
El tiempo pasaba y Gianni era cada día mejor, las noticias locales ya se habían echo eco de su habilidad, con la cual había reproducido con gran exactitud grandes monumentos y figuras como el Coliseo, la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad, el Lagarto Fleita y su gol de chilena a Chilavert y quizá la más impresionante de todas, Jennifer Lopez bailando una polka.

Vemos algunas de las figuras realizadas por Gianni. En la izquierda podemos ver la real dimensión de sus proyectos, al comparar la altura con la del chango que aparece ahí. En la de la derecha vemos toda la técnica depurada en la realización de un estadio de fútbol.

Sin embargo, su padre seguía sin llamarlo, y Gianni estaba convencido de que solo logrando su utópico proyecto conseguiría saciar su ansiado deseo.
Es así que una fría tarde de abril, Gianni Bendefrutti comienza la monumental (y estúpida?) tarea de construir su torre de 1 km de altura, a pesar de que la opinión pública y su amigo imaginario (ese que era igualito al de "Consejos Utiles" de Cablin) le recomendaron no hacerlo por su propia seguridad.
Gianni no sabía que su padre había fallecido en una marcha anti-globalización en Afganistan, al intentar prender fuego un local de McDonald's y confundir un tanque de propano con uno de soda ivess volando todo en mil pedazos, por lo que su reunión no podría llevarse a cabo nunca (nunca???).
Todo marchaba sobre ruedas en el proyecto de la torre, cuando iba por los 137 metros a fines de junio, una maldita casualidad tiraría todo por la borda. Era época de migración para la "Lechuza Timbera" (Timberus Lechuceaus) especimen en riesgo de extinción cuya ruta migratoria pasaba justo por el pueblo de Gianni. Su mala suerte fue que estas lechuzas no pueden pasar de largo ante un mazo de cartas, no sin antes jugar un par de manos de poker y apostar bien fuerte. Al ver que las lechuzas organizaban varias mesas de poker, en lo que se parecía ya a un mini-torneo de texas hold'em, Gianni entró en un estado de furia total, y armado con dos escopetas comenzó a disparar a mansalva contra esas lechuzas que estaban echando a perder todo su proyecto.

Las Lechuzas Timberas en su hábitat natural, jugando tranquilamente al poker. Esta es una de las últimas fotos tomadas a estos especímenes que ya llevan casi 10 años sin dar rastros de supervivencia.

Esto también despertó el cólera en las lechuzas y sus protectores de la "Associazione Italiana per la Difesa del legno Lechuza Timbera" (Asociacion Italiana para la defensa de la Lechuza Timbera) quienes armados con dos 38 y un lanzallamas comenzaron también a destruir toda la obra de Gianni.

Miembros de la Asociacion Italiana para la defensa de la Lechuza Timbera destruyendo las creaciones de Gianni. En la izquierda con un lanzallamas, en la derecha derrumbando la base de su torre principal que llegó a ostentar casi 140 metros de altura.

Al ver la hecatombe que se había desarmado a su alrededor, Gianni buscó el consejo de su amigo imaginario igualito a Estaban Prol, pero el muy forro se había ido corriendo a un lugar más seguro. Desconsolado, Gianni tomó un bidón de kerosene se lo bebió casi completo y salió corriendo en dirección a las lechuzas y sus protectores, dio un pequeño salto y cayó de panza sobre un montón de cartas desparramadas por el piso, provocando una gran explosión que no dejó rastro alguno de su magnífica obra ni de las lechuzas y sus defensores.
Este fue el fin de Gianni Bendefrutti y su legado de edificios de cartas, los cuales aún perduran en muchas de las retinas de los pobladores de esa zona calabresa.

NOTA: Desde ese día no se ha vuelto a ver ningún especimen vivo de Lechuza Timbera, aunque varios afirman que compiten en torneos de poker disfrazados y bajo seudónimos.

Muchos pensarán que todo esto fue hecho al pedo, y que la epifanía de Ronald McDonald fueron puras falacias, pero hemos consultado a más de 41 videntes que nos han afirmado una y otra vez que Gianni hoy está reunido con su padre en el más allá, discutiendo aún sobre capitalismo vs marxismo, pero que al final del día se retiran juntos a tomar un vino con soda y picar un salamin. Por lo que al final del cuento, Gianni y su padre han podido hacer las paces y descansar en paz.
Por lo que para terminar podemos dejarles la siguiente pregunta para la reflexión: Es Ronald McDonald realmente un emisario divino que está aquí para ayudar a las almas en pena a reencontrarse con sus seres queridos???
Este payaso loco, enviado divino o alucinación pasajera??? Les dejamos el interrogante para que lo reflexionen en familia, quizá un domingo después de unos buenos ravioles con tuco.

Desde La Pastafrola creemos que es un NO rotundo, lo que no quita que al consumir unos alucinógenos mezclados con "1,2 listo de royal" se provoquen cualquier tipo de visiones relacionadas con este payaso, algunas buenas y otras lamentables.
Dejanos saber tu opinión, Pastafrolero amigo.

Para la próxima les presentaremos un breve curso sobre la preparación de hamburguejas al vapor, incluso con la receta de esa salsa secreta que los burócratas de las grandes ciudades no quieren que conozcas.

Saludos y, DIFUNDE LA PASTAFROLA.

1 comentario:

Javifal dijo...

Muy buena historia, jajajaja.
Seguro que está en el mas alla con su padre, lástima q el payaso no los juntó en el más acá.
Un pedido Koshimaru, ¿para cuándo la historia del osito de Bimbo?
Saludos a La Pastafrola!!