miércoles, 15 de junio de 2011

Das Pastafrolen goes to the cinema!

Buenas Pastafroleros amigos, otra vez dejamos ese rincón oscuro en el que vivimos echados el 56% del tiempo, esta vez por un exceso de aburrimiento durante un Sábato por la tarde, en el cual me dejé dominar por un acto impulsivo, algo que rara vez ocurre, fui al cine a ver la primer película que se cruzara en mi camino. El cine, "qué lindo el cine" te dicen, no es lo mismo que ver la peli pirateada, la pantalla, el sonido y no se qué ocho cuartos más tienen su “encanto”.
Si me dicen cine, la primer palabra que se me viene a la mente es POCHOCLO.
Pero bueno, arranqué nomás, y sí, fui solo porque no quería que me hinchen las pelotas!!!

Cine = POCHOCLOS!!! Carcajadas y más pochoclos, todo lo necesario para pasar una agradable jornada cultural!!!

Al llegar al cine, me di cuenta que no había almorzado (o cenado, no recuerdo ni qué hora era), así que estaba cagado de hambre y sed, y siendo medio sobre la hora, de apuro le pedí a la muy simpaticona chica del kiosco una gaseosa light (sí es super maraca, pero luego de bajarme una suprema a caballo por día, como lo recomienda mi médico, decidí “cuidarme” con LA GASEOSA???), y un mega paquete de pochoclos.
Entré a las corridas y descubrí que el cine estaba casi lleno porque estrenaban la peli pochoclera del año, “CHATRAN IV, La venganza”. El mejor lugar (en realidad uno de los pocos que quedaban libres) estaba justo en costado, pero en una puuunnnnnnta luego de pasar por sobre dos voluminosos muchachos (fanáticos al parecer) con remeras del gran Chatrán, y un par de basquetbolistas que apenas y entraban en la butaca. No sin dejar de notar la cara de ojete que ponían estos pibes, me senté, y le empecé a dar a los pochochos como rengo a la muleta, y para bajarlos, también a la gaseosa light (o agua "levemente gasificada" ULTRA MARACA), la cual quedó liquidada antes de que se terminen las colillas de los próximos estrenos, entre los cuales se encontraba una precuela de "Los bañeros más locos del mundo" (próximamente en los peores cines).

Foto del muchacho fanático de Chatrán. Al parecer era su 2do día en libertad condicional. Identikit de Guille "Camerusa" Polino obtenido del Juzgado Federal. Menos mal que no me hice el piola.

Lo que sucedió es que en 15 minutos, la bebida bajó y pasó directamente a la vejiga, lo cual empezó a molestarme solapadamente.
A los 40 minutos las ganas de ir al baño eran más que incipientes, y al relojear para el costado veo que no iba a ser nada fácil sortear los obstáculos que había, y mucho más complicada iba a ser la reacción de los muchachitos que reían y lloraban por montones con las aventuras del gatito más famoso de los ’90 (CHATRAN, no Garfield). Con resignación terminé luchando con esa necesidad mínima, vital y móvil, e intenté olvidarlo aplicando técnicas de enyoguización y demases que alguna vez vi en el programa de Fantino. NO FUNCIONARON. Para peor, ocurrían escenas en cascadas, ríos o inodoros, no recuerdo, pero que solo incrementaban mi necesidad.

Pose de meditación para el control de esfínteres recomendada el otro día por Fantino. Casi muero en el intento de conseguirla. NIÑOS, NO INTENTEN ESTO EN CASA!!!

Para la hora de peli (una, o dos o tres, qué se yo), toda mi atención estaba en contener las ganas de orinar, abstraído totalmente del mundo ya no sabía lo que me rodeaba. Dio comienzo una lenta pero inexorable dilatación del tiempo. Cada segundo era larguísimo, y arranqué a pispear el reloj para ver cuánto faltaba. Recordé un pequeño detalle, NO SABIA CUANTO TIEMPO DURABA EL FILM!!! Más desesperación, y si duraba 4 hs???!!!
Lo mejor era no pensar en eso, pero era imposible. Surge la idea de desagotar en la botella. Naaaaa, lo olvido de toque.
Surge la violencia, que lo maten a ese perro del orrrrtoooo así se termina!!! O era un gato???

De la concentración yogi a la desesperación cavernícola más animal.
NOTA MENTAL: de ahora en más, saber cuánto durará una película antes de entrar a la sala.

Al rato estaba totalmente perdido el interés en lo que pasaba en la pantalla, y sinceramente no sabía ni qué película estaba mirando. La idea de vaciar la vejiga en la botellita, en una acción de alto riesgo comenzó a tomar fuerza, era mirada con más cariño, como aquella barraco un Saturday a las 5 am. Corrían los minutos, y la desesperación finalmente me venció. Agarro la botella y le saqué la tapa a rosca, mientras comenzaba a estudiar técnicas que llamen poco la atención para realizar la descarga. Visualicé las mismas.
Finalmente desarrollo mentalmente una técnica que bauticé como "doble botellín invertida" (la que era a mano cambiada se deshechó por el alto riesgo de dislocación de codo).
Decidido, estaba por ponerla en práctica cuando justo se encendieron las luces. Al parecer la película había terminado. Tiré la botella a la mierda y puse cara de distraído (como si alguien me hubiese estado viendo). El gordo con remera con la cara de Chatrán llora, no pude entender si de alegría o tristeza. Tampoco me interesó mucho.
La sala se comenzó a vaciar, y con algunos calambres me desplacé lentamente hacia el baño, donde, cumpliendo con las normas como el cartel indicaba, procedo a finiquitar esa necesidad que me carcomió por un tiempo casi infinito. La sensación, está de más aclarar, fue de un alivio inconmensurable.

Reglas implícitas para emplear baños públicos (y no tanto). Lamentablemente no se cumplen casi nunca, sobre todo la de los kame hames. De más está decir que, a la brevedad, este cartel formará parte de mi hogar.


Así es como terminó mi osada aventura en el cine más cercano, es de alta prioridad para esta comunidad que si alguien conoce de alguna técnica de control mental, o mejor aún, alguna forma de vaciar la vejiga en un cine sin llamar la atención, por favor contáctese con mi secretaria, los días impares de 16 a 16:15 hs. Muchas gracias.

Ah, la película, la califico con 3 quintines, ustedes saben qué significa!

Saludos Pastafroleros, espero la próxima traerles una historia más feliz, o mejor todavía, más interesante como la exfoliación de marcianos en Chapadmalal o la útima declaración de Sanfilippo.

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